Entrar por la secante

Hace no demasiado, en la presentación de un libro en Jaén —la capital: en qué nos vimos en juntarnos 30 personas— me preguntaron si yo escribía para algún lector en concreto. Lo más sencillo habría sido salir por la tangente y contestar que escribo para mí. Pero se me ocurrió entrar por la secante y, ante la estupefacción de mi interlocutor, filosofé: “Para una mujer curiosa de mediana edad, sentada en un banco bajo la sombra densa de los árboles, a 25ºC”. Después del Café Literario del Condado, celebrado el pasado 12 de julio en Montizón, tengo que añadir a la escena el arrullo del agua en una fuente y matizar que la temperatura da igual, porque había 38º en la plaza de la aldea y allí que se presentaron un centenar de personas para escuchar sobre mi última novela, Jarra Almas. Curiosamente, fueron sobre todo mujeres las que acudieron a refugiarse a la sombra densa y apretada de la literatura; quisiera destacar, no obstante, la figura de un hombre: Sebastián Lozano, quien —armado de cultura, entusiasmo y esfuerzo— puede presumir de haber puesto en marcha una idea visionaria. El Café Literario del Condado implica por un presupuesto irrisorio a los ayuntamientos de la zona en la compra de lotes de libros que, después, los clubes de lectura de cada pueblo se intercambian en un acto: café (refrescos, en este caso) con autor. Así se llena la España vacía.

(Publicado en Diario Jaén,

22/07/2022)

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